Por doquier se oían los fuelles de las forjas y los martillos golpeando los yunques. En todas partes se avistaban espadas y hachas practicando en una danza incesante. El reino entero se movilizaba preparándose para enfrentarse a Fafnir.
El Rey se enorgullecía de depositar su confianza en sus Elvalands. Pero en secreto su corazón hervía de inquietud… ¿Y si su clan se debilitaba? ¿Y si Fafnir derrotara a sus batallones más veteranos? ¿Y si su reinado fuera recordado para siempre como aquel en el cual el Dragón sometió a las tropas enanas de élite?
La reina Dagfid, que conocía bien a su obstinado esposo, estaba segura de que jamás suplicaría ayuda. Especialmente, no a los pretenciosos elfos que seguramente, como ya hicieron en el pasado, los despreciarían con sus modales y su superioridad divina. Tampoco pediría ayuda a otros clanes enanos, pues no querría que este gesto fuera entendido como un signo de debilidad. Procedente de un clan errante, la Reina estaba bendecida con un coraje ilimitado, en especial cuando se trataba de respaldar a su Rey. Él la había amado, la había acogido en su reino y la había tratado siempre como su igual. Por lo tanto, ella partió una noche en secreto, acompañada por Idunn la Furtiva y Hourya la Elusiva, para encontrar a su tribu errante y obtener su ayuda.
Varias semanas después, el Rey, exhausto y angustiado por la ausencia de su esposa, vio aparecer en el horizonte una nube de polvo, levantada por largas caravanas y una horda de impresionantes jabalíes montados. La Reina cabalgaba a su vanguardia. ¡El Rey no podía creer lo que veían sus ojos! Ella había viajado más allá de los áridos desiertos del reino para buscar la ayuda de su tribu de Thingvellir. Los nómadas instalaron su campamento a los pies del castillo y todos los habitantes del reino se acercaron a admirar el poderío de los gallardos mercenarios y la calidad de sus artefactos. La esperanza le sonreía de nuevo a Nidavellir.
¡Por fin podrían poner en problemas a Fafnir!
Thingvellir es una expansión para Nidavellir.
Esta expansión puede resultar compleja porque tras sus sencillas reglas se esconde una multitud de nuevas estrategias. Te recomendamos familiarizarte con el juego base antes de emprender la aventura de Thingvellir. Comenzar directamente con la expansión añadida al juego base puede ser demasiado para los jugadores novatos. La falta de experiencia podría hacer que tus elecciones fuesen difíciles y/o aleatorias, y entrañar una ausencia de estrategia para contrarrestar lo que hagan tus adversarios.
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